Viernes de Dolores, Viernes de Pasión

Siempre fui de vivir el momento, el día a día, de no hacer planes, es más, de repugnar hacer planes. Y quizás por eso soy tan entusiasta con cada detalle, con cada vivencia, con cada experiencia por cotidiana que sea, porque asumo que, quizás, mañana no pueda ser de la misma manera o con la misma gente. Esta filosofía, esta forma de ser, me ayuda en estos momentos en los que, encerrados en casa, empezamos a plantearnos cómo serán nuestras vidas cuando podamos recuperar la normalidad, o lo que quede de la normalidad que conocíamos antes de la pandemia del Covid 19.

Porque nuestras vidas no serán igual, o creo que no deberían serlo, al menos en lo que se refiere a valorar, a sentir, a ser más humanos y más cercanos, aunque no podamos acercarnos aún en un tiempo todo lo que nos gustaría…me refiero a ser más empáticos, a ponernos, por ejemplo, en la piel del personal sanitario y cada vez que tengamos la tentación de ir por urgencias, pensemos si realmente nuestra dolencia es merecedora de una urgencia y así evitemos el habitual colapso que sufren . O pensemos en cuidarnos más, en hacer ejercicio, en llevar una vida saludable.

No puedo evitar pensar en estas cuestiones cada día tras cerrar la ventana después del emocionado aplauso al personal sanitario. Me encantaría que este agradecimiento que les mostramos ahora lo mantuviésemos en el tiempo. Se merecen todo nuestro respeto, ahora y siempre. Creo que empezamos a ser conscientes de lo privilegiados que somos con nuestra sanidad, con nuestros sanitarios. Cuidémolos.

Y no puedo dejar de pensar en las personas mayores, en las que viven solas y me siento muy orgullosa y me emociona la ola de solidaridad que de nuestra esta ciudad. ¡Cómo somos los gallegos! Los cientos de voluntarios que estos días recorren casas repartiendo lo que haga falta, los que llaman para charlar con ellos, los que aisten en las tareas esenciales, a todos ellos, infinitas gracias. Ejemplaridad. Ojalá se contagie y se mantenga en el tiempo, los mayores también se lo merecen todo.

Y no puedo evitar llorar. Reconozco que soy una llorona, pero esto me va a dejar seca…y me acuerdo de mi abuela Narcisa que siempre decía que hasta para morir hay que tener suerte. Ella la tuvo, mucha, y me acuerdo de mi mano agarrada a la suya en su último suspiro y lloro, y pienso en todas las personas que no pueden despedirse de sus seres queridos y me parece terrible y solo deseo que cuando todo esto pase podamos rendirles el homenaje que se merecen, que podamos expresar nuestras emociones, nuestros sentimientos, y seamos capaces de vivir intensamente cada día, siendo conscientes de lo afortunados que somos por vivir en lugar como el nuestro y valorar y respetar…de ser mejores personas.

Reflexiones de un viernes de dolores, de un viernes de pasión.

#ayudemosaayudar #quedateencasa #cadadíaesunregalo

Una respuesta a «Viernes de Dolores, Viernes de Pasión»

  1. Hoy me han comunicado que me operan el miércoles (ingreso el martes) en uno de los dos hospitales limpios que se han reservado para operaciones. Estaré aislado una semana entre UVI y planta sin ver a nadie y como bien dices si algo va mal nadie me cogerá la mano. Luego vengo a casa pero estaré aislado en una habitación con baño otros días. Todo por temor al coronavirus.Si llamas o escribes  a este número te contestará María porque se lo dejaré a ella hasta que esté en casa y ya pueda contarte como me ha ido. Un abrazo

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