
Año nuevo, vida nueva…frase que nos acompaña, o a mí al menos me acompaña, inevitablemente por estas fechas llenas de propósitos y buenos deseos. Desde que tengo cordura, lo único que pido es salud, para todos, con ella nada se nos resiste. Hasta que llega la pereza que se va apoderando de nosotros a medida que pasan los días, o quizás sea la locura diaria que nos devora y nos impide pararnos en detalles que realmente nos dan la vida. En mi caso, echo de menos escribir, echo de menos un poquito de tiempo para pararme y teclear. Como buen principio de año, y para no perder la costumbre, recupero con fuerza estas ganas poniendo en práctica el propósito de retomar este blog y contaros las peripecias (lo que se pueda contar) de la loca vida en la que he metido y que este 2022 promete ser aún más locura…en cualquier caso, bendita locura.
Para empezar, os invito a leer el artículo que escribí para el 25 aniversario del DXT. 25 años, los mismos que hace que comenzó mi vida profesional. ¡Y qué rápido han pasado! Me hubiese gustado hacerlo mucho más personal, pero la responsabilidad que me da el cargo que ahora ocupo ha derivado en esto :
Cuando se publicó el primer número del DXT, Ferenc Szabo llevaba ya cuatro años en A Coruña, ciudad a la que había llegado para pasar sólo dos. No ha sido la primera, ni será la última, persona en rendirse a esta nuestra maravillosa ciudad siempre abierta al deporte. Y nosotros, los coruñeses, sólo podemos estar agradecidos. Lo expreso, lo escribo, como concejala del área de deportes de una ciudad que en él ve reflejada la pasión y el compromiso con el deporte, el incansable trabajo desde la base y los prolíficos frutos de esa pasión, de ese compromiso y de ese trabajo.
En 25 años hay concentrado mucho deporte, de inmensa calidad deportiva y humana, imposible resumirlo en este espacio, por eso permítanme que ponga como ejemplo todo lo que transmite el Club Halterofilia Coruña, pues creo que refleja en gran medida el deporte coruñés en todo este tiempo.
Con personas como Ferenc que posee una visión integradora que lo convierte en un verdadero líder de la gestión del talento. Él tiene el don de ver algo donde otros no lo ven y transformarlo en éxito a base de trabajo, esfuerzo y disciplina, constancia y perseverancia. Valores que parecen pasados de moda en la sociedad actual, no para Ferenc ni para el deporte que él defiende, no para el deporte del que Coruña es sinónimo.
«Las personas, siempre las personas, son las que marcan el funcionamiento de un equipo, de un club, de un gobierno, de un periódico»
Ferenc, como entrenador entregado, hace una inversión personal en la gente, el deportista es para él el centro del universo, y como buen gestor de talento consigue que los jóvenes que salen de las escuelas vayan a gusto a practicar deporte, a formarse, y a confeccionar un equipo. Otra de las claves del éxito del deporte.
Las personas, siempre las personas, son las que marcan el funcionamiento de un equipo, de un club, de un gobierno, de un periódico. Tener en esta ciudad a personas como Ferenc Szabo hacen que nuestro deporte sea mejor, hacen que nos sintamos orgullosos de una Coruña en la que se se perciben la pasión y la energía de la gente dotada de gran talento dedicada a dar forma al futuro de la humanidad.
Tiene suerte el DXT de contar con tantas historias para llenar las páginas de cada número que sale a la calle, con las dificultades, cada vez más, que ello supone, cual medalla que se cuelga un deportista. Las medallas y los buenos resultados dan lustre al trabajo de cualquier entidad, pero el gran mérito alcanzado es haber conseguido que el interés por nuestro deporte y por nuestros deportistas prenda en todos nosotros.